Casey y yo nos conocimos por casualidad en India hace algunos años. Desde entonces, hemos andado de aquí para allá, viajado juntos por más de 20 países y pasando largas temporadas viviendo entre Canadá y España. Fue durante uno de esos viajes, mientras pasábamos unas Navidades muy blancas con la familia de Casey en Hudson Bay, Saskatchewan, cuando Casey decidió darle un giro inesperado a la mañana de año nuevo proponiéndome que nos casáramos. A lo que, obviamente, no dudé ni un segundo en decir que sí.
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